domingo, 1 de agosto de 2010

blog Maialen

Jueves 29 de julio. Día de descanso.
Husé es un pequeño paraíso escondido entre impresionantes torreones de roca, nieve y hielo. Un lugar onírico para perderse, desconectar del mundo y del estréss, y disfrutar  de la tranquilidad y la paz que da el silencio.
Envueltas en el calor de sus gentes recobramos las energías que quedaron en dos días de intensa actividad en la pared.
Ratos de descanso, de soledad, de búsqueda, de encuentro con uno mismo. Ratos de risas compartidas, de recuento de las anécdotas y las experiencias vividas… Ratos de labor, de recogida, de orden…
Las horas del día pasan y miramos con anhelo y con cierta intranquilidad un cielo que no quiere otorgarnos su permiso para aproximarnos nuevamente a la montaña. A pesar de todo, nos acostamos temprano con la esperanza de afrontar un nuevo reto antes del amanecer.

Viernes 30 de julio. El cielo dice que no.
Una de la mañana. Con los ojos entrecerrados vemos aparecer entre las sombras de la habitación la silueta de Simón, que se asoma y nos dice: “chicas, está lloviendo. Nos vemos en el desayuno”.
Con una mezcla de desilusión y de alivio damos media vuelta y volvemos a sumergirnos en el maravilloso mundo de los sueños.
El despertar, ya de día, nos ofrece un cielo cubierto y lluvioso. ¿Qué hacemos hoy? Cambio de planes, improvisación.
Miriam, Asun, Maider y yo decidimos acercarnos al Umbrok, lugar donde las mujeres y los niños acuden cada día para cuidar del ganado. Es un paseo tranquilo: 350 metros de desnivel que nos sirven para desentumecer los cuerpos todavía un poco abotargados y para abrir el apetito.
Volvemos al refugio aligerando el paso: “eh! Que vamos tarde!”. Por suerte,  llegamos antes de que terminen de comer.
Tras una divertida sobremesa, amenizada (¡cómo no!) por las historietas y aventuras que entre “cariñosos apelativos” –“chicharra, pintamonas…”- nos dedica Sebas, nos preparamos para reunirnos con las mujeres de Husé en la escuela coránica.
Gracias a la labor de Hanif, que hace de intérprete, conocemos la dureza del quehacer cotidiano y la vida de estas mujeres. Detrás de sus miradas se esconde un mundo tan diferente al nuestro… Resulta difícil explicar los sentimientos que se revuelven en nuestro interior, pero sin duda queda una huella impresa en cada una de nosotras.
La jornada llega a su fin. Cenamos todos juntos y volvemos a mirar al cielo con esperanza. Algunas estrellas asoman tímidamente entre las nubes. Tal vez esta madrugada nos dé una alegría.

Sábado 31. Ladies first.
Una de la mañana. Por segunda vez interrumpimos nuestros sueños en mitad de la noche. Pero en esta ocasión parece que los astros están en nuestro favor.
Tras un frugal desayuno nos calzamos las botas, ajustamos las cintas de nuestras mochilas, y salimos a la oscuridad iluminados por las luces de las frontales.
Hora y media de aproximación ascendiendo por el pedregal como jabalíes nos sitúa en la base de la canal donde nos esperan unos 350 metros de jumareo para abrir el apetito.
Cómo no, como bien decía Maider, seguimos aplicando más fuerza que maña para ascender hasta el punto en que quedó abierta la vía. Aunque esta vez nos sentimos un poco más familiarizadas con la técnica. (¿será solo un sentimiento personal, o la acumulación de metros comienza a dar fruto en nuestra práctica?).
El amanecer nos pilla jumareando (¡bonita actividad para recibir el día! Ejem…).
Una vez en el final de la cuerda fija, nos encontramos frente al muro de 330 metros que, con un poco de suerte, nos llevará hasta la cima.
La progresión es rápida en los tres primeros largos, fáciles y disfrutones. Aprovechamos las reuniones para comer algo, beber, y echar unas risas. La expectativa de llegar a cumbre nos alegra el humor y nos levanta el ánimo.
Aún así, el tiempo pasa y tenemos que “apretar el culo” (unos más que otros…jejeje. Alusión a cierto “regalito” que encontramos en una de las reuniones).
El cuarto largo del día nos recibe con una estrecha chimenea por la que nos arrastramos como buenamente podemos.
En la reunión que le sigue, y mientras se abre el quinto largo (un precioso filo con pasos aéreos y no excesivamente exigentes), cantamos y palmeamos jaleando al aperturista que, sin atreverse a mirarnos, se esmera por colocar un cooper head (dicen que las buenas costumbres no hay que perderlas…).
Finalmente llegamos a la arista cimera. Ascendemos por ella  con alegría y urgencia. Comienzan a caer gotas de agua, y las nubes que se acercan nos sonríen con malicia. Apenas tenemos tiempo de celebrar la cumbre. Rápidamente comenzamos los rápeles de descenso. En el primero de ellos, las cuerdas se enganchan y nos hacen perder más de una hora. El segundo rápel nos depara la misma suerte. A partir de ahí las cosas se suceden con mayor fluidez (¡menos mal!) y llegamos al suelo sin mojarnos demasiado.
Recogemos el material, rehacemos las mochilas, y regresamos al refugio, donde llegamos ya de noche.
¡Qué recibimiento nos espera! Alegría, felicitaciones, besos y abrazos! Casi se nos saltan las lágrimas!
Y nos enteramos de que en el momento en el que nosotros estábamos en la cumbre, el refugio al completo era una  celebración y una fiesta con cánticos y con bailes. ¡Cómo viven y comparten las experiencias propias estas gentes! El triunfo es de todos ¡por supuesto!

Después de la cena continúan los cánticos y los bailes. Evidentemente, nosotros hacemos “lo que podemos”. Aunque 19 horas de actividad y el cansancio acumulado no justifican nuestra falta de coordinación intentando acompasar los movimientos de nuestros cuerpos a los cánticos de los lugareños. Pero a ninguno de nosotros nos preocupa. Es una agradable velada que nos brindan como un regalo, y en nuestras caras solamente se refleja la emoción y la sonrisa compartidas.

Maialen.

4 comentarios:

Alex García-Alonso dijo...

Hola,
pintamonas ... ¿pero de dónde se ha sacado Sebas semejante apelativo?
En el diccionario de la RAE dice : "Pintor de mala calidad"
¿cuando llueve en vez de subir paredes, pintáis oleo, acuarelas, acrílico, ...? ;-)
En otro diccionario le atribuye el significado de "Persona insignificante". La verdad es que delante de semejantes cumbres, sí que somos insignificantes ...
pero vosotras las trepáis como si estuvierais en un rocódromo !

Supongo que con tanta agua los ultraligeros estarán en el "hangar" ...

Saludos, tb a los chicos.

Anónimo dijo...

Que buena hitoria! De verdad que no le falta nada! y que mejor regalo que un recibimiento como ese! Yo no me acabo de aclarar, habeis hecho ya cima? o es que estais subiendo otras cosas para aclimataros? perdon pero sabes que no soy nada rodada en esto! es que estoy flipando machines! es que ya estan arriba? aclararme porfi!
Jo! Maialen e te ve en tu salsa guapa! te voy a dar un tiron de orejas (y algo mas) cuando regreses!! ja, ja!
Un fuertisimo abrazo!!! Animo neskas!!! a por ello!!
Muxu asko!
Hasta prontito!

inigo dijo...

Pues aquí también nos alegramos tremendamente, a la vuelta tendréis que celebrarlo de nuevo, aupa esas jabatas¡¡¡
Que maravilla, es una gozada compartir vuestras ascensiones y las experiencias que tenéis en ese pueblo recóndito.
Esperamos más entradas, mucha suerte¡¡¡

Ruben dijo...

De este post se desprende que habeis terminado la via. Enhorabuena a todos por el proyecto y por la cumbre, de lo que escribis se desprende una experiencia muy bonita. A ver ahora que haceis con tanto agosto por delante, vaya problema.